¡Rápido! piensa en un objeto. Puede ser cualquier cosa… ¿Lo tienes? Bien, pues ahora imagina que puedes fabricarlo mediante una impresora 3D; que puedes imprimirlo como lo harías con cualquier documento digital. Esto es lo que hace una impresora de impresión 3D.
A pesar de que la impresión 3D pueda parecer un invento muy reciente, en realidad cuenta ya con más de 30 años. El inventor de la primera impresora 3D, Charles W. Hull, especializado en la óptica iónica, imprimió el primer objeto en tres dimensiones el 9 de marzo de 1983. El objeto que decidió imprimir fue una ‘bañera ocular’ empleada por optometristas (una especie de copa de plástico negro).
A la tecnología que lo hizo posible la bautizó con el nombre de estereolitografía. Con ella pudo fabricar objetos sólidos a partir de un diseño ideado digitalmente. El proceso consiste en una sucesión de impresiones de finas capas de una material fotopolimérico (resina) modelado mediante una haz de luz ultravioleta.
Cuando Charles W. Hull inventó aquel aparato artesanal que permitía imprimir objetos sólidos, su intención era la de crear una herramienta que fabricara prototipos para probar los productos de la empresa en la que trabajaba. Lo que no sospechaba es que su invento supondría una verdadera revolución industrial cambiando el concepto de fabricación que se tenía hasta entonces.
Cinco años después de esta primera impresión en 3D se consiguió dar el paso a la fabricación a nivel industrial. En 1988 Charles W. Hull fundó su compañía 3D Systems y comercializó las primeras impresoras. En los siguientes tres años se desarrollaron nuevos métodos de impresión: la impresión por deposición material fundido (fused deposition modelling o FDM) y la impresión por láser (selective laser sintering o SLS).
Impresión 3D, la evolución de una revolución
La evolución de la impresora 3D no se detuvo ahí. Pronto vieron el potencial de esta nueva tecnología y visualizaron todos los campos que podían abarcarse con sus aplicaciones. Por eso no tardaron en desarrollar otros métodos en impresión 3D. En 1993 un grupo de estudiantes del MIT, desarrollaron la impresión 3D por inyección. Y en el 2005, el Dr. Bowyer, de la Universidad de Bath desarrolló la primera máquina 3D autorreplicante: la RepRap.
Con la impresión 3D es posible fabricar cualquier tipo de objeto. Empezaron a fabricar piezas y componentes del ámbito de la arquitectura y del diseño de producto y poco a poco se han ido sumando muchas otras disciplinas. Ahora, el mundo del arte, del entretenimiento, de la construcción, de la automoción o incluso el sector de la medicina tiene un hueco donde la impresión 3D encuentra su función. De hecho, fue en 2009 cuando salió la primera impresora de Organovo capaz de fabricar tejidos orgánicos: la impresora 3D MMX Bioprinter.
Hoy en día existen múltiples métodos y sistemas de impresión 3D, algunas de ellas todavía en desarrollo: impresión por inyección, impresión por deposición material fundido, fotopolimeración por luz ultravioleta y por absorción de fotones o la impresión con hielo. También se están desarrollando impresoras 3D de uso doméstico e impresoras que imprimen comida. Así es, es posible imprimir con cualquier material, desde cerámica, madera, metales como el acero, el bronce, el latón, el oro, la plata o el titanio, hasta nutrientes en polvo.
Como veis las posibilidades son infinitas y el único límite lo pone la imaginación. En el siguiente vídeo puede verse de qué es capaz esta tecnología de impresión en 3D: