Un balón medicinal —no superó las pruebas de acceso del INEF de Cheste, en las que le pedían lanzar una pesada pelota a cierta distancia— la casualidad y la sensibilidad son los culpables de que hoy Ricardo Cases sea el protagonista del PRINT nº 15. Bueno, en realidad lo son de que sea uno de los fotógrafos más prolíficos y singulares del país.
